Nombre científico: Repilo: Cycloconium oleaginum, nombre propuesto
actualmente Fusicladium oleagineum. (Hongo)
Descripción y ciclo de patogénesis:
Se trata del hongo causante de la
principal enfermedad del olivo. El patógeno sobrevive los periodos
desfavorables (verano) en las hojas enfermas de dos maneras; en forma de espora
“semilla” o bien el micelio “cuerpo del hongo” lo hace dentro de las hojas,
reactivándose el patógeno en otoño con la llegada de las lluvias, rocíos,
nieblas… y formando nuevas generaciones de esporas que “agarrarán” y estarán
originando más esporas hasta que las condiciones climáticas sean desfavorables.
Para la “germinación” y penetración del patógeno en la planta se necesitan unas
condiciones de humedad (agua libre o humedad de saturación) y una temperatura
(óptima entorno a 15ºC) durante uno o dos días.
Por
la zona de la Subbética con condiciones favorables se pueden dar hasta cuatro
ciclos de la enfermedad.
Síntomas y daños:
El
periodo entre la infección y la aparición de los síntomas “periodo de latencia”
dura entre cuatro y quince semanas dependiendo de la humedad, temperatura, edad
de la hoja y variedad de olivo. Para detectar este hongo en estado latente
podemos recurrir a introducir las hojas posiblemente infectadas en una
disolución de sosa al 20-50% y aparecerán unas manchas redondeadas de color
negro.
Daños
en las hojas: en el haz se producen unas manchas circulares de color marrón
oscuro, al ir envejeciendo la lesión evoluciona a anillos concéntricos de color
marrón y verde dando el típico “ojo de gallo”. En el envés se puede ver el
nervio central de color marrón negruzco. Todo esto provoca una defoliación
intensa en el olivo que se puede ver agravada si el ataque se centra en los
peciolos. En el fruto pueden aparecer manchas deprimidas de color
pardo-negruzco de forma circular, cuando el ataque se centra en el peciolo
puede haber una importante pérdida de cosecha.
Métodos de control:
-Prácticas
culturales como una buena aireación de la copa ayuda a prevenir el repilo.
-Tratamientos
con productos cúpricos (muchos permitidos en agricultura ecológica) actúan como
preventivos, también tenemos algunos fungicidas sistémicos que son de carácter
curativo. El momento más adecuado para la aplicación es a principios de otoño
(aunque pueda parecer contradictorio, si esperamos a las primeras lluvias los
olivos se limpiarán y el producto se agarrará con más fuerza a las hojas) y a
finales de invierno o primavera.